Entre los 30 y los 40: polifenoles, potasio, ácidos grasos omega 3 y vitamina B5
“En esta etapa de la vida, las mujeres a menudo pueden verse arrastradas en demasiadas direcciones, entre el trabajo, las relaciones, los hijos, los parientes ancianos… Aunque puede ser una época de grandes logros e ingresos, el estrés, el cansancio y la presión del tiempo pasan factura”, afirma Ruxton.
“Justo cuando es esencial colocar las piezas del rompecabezas de la salud en su sitio para garantizar un envejecimiento saludable, muchas mujeres aumentan de peso, se vuelven más sedentarias y toman decisiones dietéticas poco saludables, con unas cuantas copas de vino. Entre los nutrientes esenciales en esta etapa se encuentran los polifenoles, el potasio y los omega-3 (para la salud cardíaca y vascular), al tiempo que se deben mantener bajo control las grasas saturadas y los azúcares. La mitad (49%) de las mujeres encuestadas en el estudio de HSIS desconocían la importancia de los omega-3 para la salud del corazón”, advierte.

A los 50: calcio, magnesio, vitamina D y vitaminas del grupo B
Hacia el final de los 40 y principio de los 50 suele ser una época de cambios hormonales, ya que es cuando la mayoría de las mujeres entran en la menopausia, y ésta puede ser una época dura tanto mental como físicamente.
“El hierro es una carencia a la que hay que prestar atención si las reglas se vuelven más abundantes. Para muchas mujeres, el aumento de peso y la hinchazón pueden resultar problemáticos, por lo que la salud intestinal es un factor clave”, afirma Ruxton. “Las vitaminas del grupo B son necesarias para hacer frente a los cambios de humor y los sofocos que pueden afectar gravemente a la vida cotidiana de una mujer. Las mujeres también necesitan mantener su densidad mineral ósea con vitamina D y calcio, ya que los ovarios dejan de producir estrógenos protectores”.